miércoles, 18 de mayo de 2022

SOÑAR, IMAGINAR… ¿CREAR?

 

Uno sueña, deja volar la imaginación, que como decía santa Teresa de Jesús, es “la loca de la casa” y muchas veces se pierde, viaja lejos, llega a lugares y “vive” situaciones que son… ¡Inimaginables!

 


Soñar, imaginar, pero ¿sería correcto decir “crear”?

Siempre he sabido que la creación es un acto de la voluntad, que involucra a la imaginación y a los sueños, producto de esa maravillosa “máquina” que es nuestro cerebro, a la cual le hacemos tan poco caso y utilizamos “sin pensarlo”; funciona nomás y nos hacer ser lo que somos y permite en nosotros todo eso que se llama vida. Regula “automáticamente” las células, el torrente sanguíneo, la digestión y todas esas “minucias” que componen el cuerpo humano y permite que nos relacionemos, porque ve, oye, huele, toca y habla, pero por sobre todo… ¡piensa!

 

Y esa maravillosa “máquina” que nos permite PENSAR, es la que nos hacer SER. Sí, somos el cuerpo humano, pero sin el cerebro y sus complejidades infinitas, no somos SERES HUMANOS.

 

Definitivamente, estas son disquisiciones y temas que tienen profundidad, que son producto del cerebro y casi nunca –o muy pocas veces- reparamos en ellas …

 

Y se preguntarán ¿por qué este loco escribe sobre tales cosas, en un lugar donde se supone que se trata de comunicación y de publicidad…? Es que la creación, que como ya dije involucra a los sueños, a la imaginación y es un ACTO DE VOLUNTAD, es precisamente la base de la comunicación publicitaria (además de ser la raíz del arte, entendido como literatura, pintura, arquitectura, etc), la que no existiría sin la creación. Y les cuento, que me siento muy orgulloso de ser un creador publicitario (“creativo”, le dicen) dedicado a soñar, imaginar y a eso, a crear o producir ideas con el fin específico de comunicarlas a públicos disímiles y numerosos… Me parece maravilloso (como eso a lo que yo llamo “máquina de pensar”, que es el cerebro) poder hacerlo y haberlo hecho casi todos los días durante más de cincuenta años.

 

Si me preguntaran, diría que sí, soy un soñador imaginativo, que crea para eso llamado publicidad…

 

Imagen: manolo pensando

martes, 10 de mayo de 2022

¡Eureka!

 

Cuántas veces no se habrá dicho “¡eureka!”, alborozado internamente, el creativo publicitario, después de estarle dando vueltas a un problema, al pensar que ha llegado a la solución, aunque no haya usado precisamente esa palabra …

 


Eureka es una interjección griega que significa: “Lo he descubierto” y que se atribuye al matemático griego Arquímedes de Siracusa; es lo que exclamaríamos, de pronto, ante una “visión” o “epifanía” …

 

La vida profesional del creativo publicitario está llena de “eurekas”, de epifanías, de esas satisfacciones íntimas que entusiasman cuando, después de mucho, se encuentra lo que parece un resultado positivo, que sin embargo no suele –ni debe- quedar ahí, sino que hay que verificarlo, asegurarse de que no se haya visto algo antes igual o muy parecido y… ¡seguir buscando!, hasta cerciorarse.

 

Repito lo que siempre he dicho, y es que el trabajo de un creativo no suele detenerse nunca, pues siempre se está pensando, verificando, consultando, volviendo a pensar, “atando cabos” y uniendo las piezas de lo que, en apariencia, es un rompecabezas, que se va armando pacientemente y esto, repetido mil y una veces, empezando de nuevo, alegrándose por creer haber encontrado lo buscado, dudando, volviendo a verificar y así …

 

 

Puede parecer que es exagerado esto que digo, pero pregúntenle a cualquier creativo publicitario si un “¡eureka!” suyo no es producto de trabajo largo, de “estrujarse el cerebro”; que necesita de paciencia, constancia de llevar como lema un “dudo luego existo” …

 

 

Imagen: https://es.dreamstime.com